Aleksander Kulisiewicz
Aleksander Kulisiewicz fue un talentoso cantante, compositor y artista que compuso cincuenta y cuatro canciones en más de cinco años de prisión en el campo de concentración de Sachsenhausen, cerca de Berlín. Aleksander también es notable por haber creado y preservado la colección existente más grande de la música compuesta en los campos nazis. Puesto que esta extraordinaria colección toca una variedad de temas relevantes, no sólo para los eruditos en música sino también para la historia europea contemporánea, es valiosa tanto para musicólogos como para historiadores del Holocausto.
Nacido en 1918 en Cracovia, Polonia, Aleksander Kulisiewicz se mudó con su padre a la ciudad de Cieszyn, cerca de la frontera checa, y pasó la mayor parte de su adolescencia allí luego de la prematura muerte de su madre en 1922. Su interés por la música se desarrolló a temprana edad. Inició sus estudios de violín clásico a los siete años, pero fue la música gitana, con la que se topó un año más tarde, la que determinó su gusto de por vida del entretenimiento musical popular y folclórico. El entusiasmo de Kulisiewicz por este estilo de música lo condujo actuar con un conjunto gitano local. Sin embargo, en un extraño accidente de 1928 se quemó los dedos de la mano izquierda, lo que le impidió tocar el violín por algún tiempo. También quedó tartamudo, pero eventualmente lo "curó" un hipnotizador, que según Kulisiewicz también lo ayudó a entrenar sus prodigiosos poderes de memoria. Kulisiewicz se transformó en un "silbador artístico" y se presentó en escenarios de Checoslovaquia, Hungría y Austria. Después de completar gimnasio en 1936, Kulisiewicz viajó con un grupo de amigos y compañeros de clase por los Balcanes, antes de regresar a Polonia para iniciar sus estudios de Derecho en la Universidad Jagellónica de Cracovia en 1937. Continuó buscando oportunidades para actuar donde pudo, con más confianza para el canto que nunca. Desarrolló un talento para imitar una impresionante variedad de estilos vocales, desde Mieczysław Fogg hasta Tadeusz Faliszewski. Esta habilidad vocal le generó actividades en el teatro de revista "Bagatela" de Cracovia y, finalmente, consiguió un papel como cantante en el documental belga Les noires désirent. Como sus apariciones en teatro se hicieron cada vez más frecuentes, adoptó el nombre artístico de "Alex Alikuli". En verano, antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, Kulisiewicz se unió a un circo ambulante y trabajó como asistente de payaso para poder estar cerca de una artista de circo de quien se había enamorado.
Poco después de la conquista alemana de Polonia en 1939, fue detenido y encarcelado por la Gestapo por escritos anti-fascistas publicados ese año en un periódico estudiantil y en un semanario de Cieszyn. A los 22 años, luego de varios traslados de prisión y episodios de tortura en manos de la Gestapo, fue deportado a Sachsenhausen, en la primavera de 1940.
En Sachsenhausen, Kulisiewicz se convirtió en "trovador del campo": poeta, músico y compositor. Estaba a favor de las invectivas: canciones de ataque cuyo lenguaje agresivo e imágenes macabras reflejaban su situación grotesca. Pero su repertorio también incluía baladas que a menudo evocaban su Polonia natal con nostalgia y fervor patriótico. Se lanzó como adivino, místico, y predijo desenlaces amorosos y bélicos para sus opresores nazis. Recibió el apodo en polaco Kiciu bimbuś, que aludía tanto a su audacia como a su canto tradicional. Sus canciones, interpretadas en reuniones secretas, ayudaban a los reclusos a sobrellevar el hambre y la desesperación, les levantaba el espíritu y los ayudaba a mantener la esperanza por sobrevivir. Más allá de la importancia espiritual y psicológica, Kulisiewicz también consideraba que la canción del campo era una forma de documentar. "En el campo", escribió,
He intentado en todas las circunstancias crear versos que sirvieran de reportaje poético directo. Utilicé mi memoria como un archivo viviente. Se acercaban amigos y me dictaban sus canciones.
Quizás su experiencia transformadora en el campo fue el encuentro que tuvo con el director de coros Rosebery d’Arguto, de origen polaco judío. Profundamente impresionado después de escuchar una presentación clandestina de D'Arguto, “Jüdischer Todessang” (una parodia de una vieja canción de cálculos en idish), Kulisiewicz juró que recordaría la obra y la cantaría si sobrevivía.
Aleksander Kulisiewicz fue liberado el 2 de mayo de 1945, durante una marcha de la muerte, o forzado a evacuar desde Sachsenhausen. Luego de la liberación, recordó sus canciones y también las que aprendió de sus compañeros de encierro, y le dictó cientos de páginas a su enfermera en un hospital polaco. Poco después de que su salud mejorara, se casó, tuvo hijos y empezó a trabajar como corresponsal en Praga para un periódico de Varsovia. Atormentado por los sonidos e imágenes de Sachsenhausen, Kulisiewicz comenzó a comunicarse con otros sobrevivientes, reunió material original y compiló una biblioteca de literatura relacionada con la expresión artística en los campos de concentración. A principios de 1960, se unió al etnógrafo Józef Ligęza y al folclorista Jan Tacina para recopilar entrevistas escritas y grabadas con ex reclusos sobre la música en los campos. Durante ese periodo también inauguró una serie de recitales públicos, programas de radio y grabaciones, donde presentó su repertorio de canciones de los prisioneros, que ahora incluía material de al menos una docena de campos nazis. Realizó una gira por toda Europa, tocando en manifestaciones anti-fascistas y en lugares tan remotos como Japón y los Estados Unidos. Lanzó discos en Polonia, Alemania, Italia, Francia y Estados Unidos. Kulisiewicz también escribió artículos sobre el tema de la música en los campos para revistas del campo académico, particularmente para Przeglad Lekarski.
Kulisiewicz trabajó incansablemente para publicar un estudio monumental de la vida cultural de los campos, que se trataba sobre el papel fundamental que la música desempeñaba como medio de supervivencia para muchos reclusos. Sin embargo, no logró completar este gran proyecto antes de su muerte en 1982. El trabajo casi terminado de tres mil páginas escritas a máquina contenía textos de canciones y anotaciones musicales y fue producto de veinte años de meticulosa investigación. Ahora es parte de los Archivos del Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos de Washington, D.C. Los materiales que respaldan este manuscrito hacen que la colección Kulisiewicz tenga un alcance enciclopédico. Los casi diecisiete metros del material de archivo incluyen anotaciones de textos de canciones, notas musicales de obras vocales e instrumentales, poesía, obras originales, material fotográfico, guiones para obras de títeres, agendas musicales y correspondencia de sobrevivientes. También se incluyen casetes y cintas de bobina abierta de entrevistas con ex prisioneros sobre la música en los campos y canciones interpretadas por sobrevivientes que compusieron estas creaciones musicales o las cantaron durante el encierro. En la colección se pueden encontrar alrededor de quinientas canciones que representan la actividad musical de treinta y seis campos diferentes. Esta única y valiosa fuente que documenta las actividades culturales musicales de los reclusos todavía hoy en día sigue siendo poco conocida por la comunidad académica.