Jan Vala

Papa pequeña, papa pequeña, ¡todos te aman! / Cuando te veo, sonrío inmediatamente. / Los lunes y los martes están en nuestros cuencos / siete veces a la semana están disponibles. / Un hombre se las traga con una furia salvaje; / otro las mordisquea bajo su manta. / Ay, papa pequeña, papa pequeña... las papas son las salvadoras del campo.

Esta breve canción fue creada por el músico y artista checo Jan Vala, cuya capacidad para reirse de los horrores y las penurias de la vida en el campo hizo que sus compañeros de encierro de Sachsenhausen lo quisieran. Años después de la guerra, cuando recordaba sus años en el campo, se sorprendió por la forma en que los internos

poníamos nuestra fe y nuestro deseo de libertad en nuestro canto. Estas breves canciones eran nuestra plegaria; fortalecían y animaban a todos los que estaban tambaleando y habían perdido la esperanza.

Vala fue cantante, compositor y guitarrista autodidacta. Previo a ello fue el dueño de un bar popular de Ostrava, donde solía entretener a sus clientes con sketches cómicos y presentaciones musicales. Era conocido en toda la región por su habilidad. Después de la ocupación alemana de su país, el trabajo de Vala se tornó explícitamente político. En ese momento, sin tener en cuenta las advertencias de sus muchos amigos, desarrolló un extenso repertorio de canciones y chistes agresivos contra el fascismo. Muchas de sus obras deliberadamente se burlaban de Hitler e incluso mencionaban su nombre.

En el clima tenso de la Checoslovaquia ocupada, Vala estaba condenado a ser capturado. El 4 de septiembre de 1939, a los 41 años, fue arrestado y encerrado en una cárcel local. Ése fue el comienzo de los 2.060 días de estadía que pasó en cárceles y campos alemanes. Durante su temprano encarcelamiento fue sometido a numerosos interrogatorios con relación a su política izquierdista y a sus amigos anti-fascistas. Sin embargo, se negó a divulgar nombres y como castigo por su falta de cooperación fue enviado a Sachsenhausen.

Cuando llegó al campo, fue enviado a la barraca 26 junto con otros 130 prisioneros de Ostrava (entre ellos había muchos comunistas alemanes). Vala ya había desarrollado la comedia musical política que sería su marca registrada en sus años de encarcelamiento. Una de sus muchas paradas camino a Sachsenhausen fue una celda de sesenta personas en Viena, donde los prisioneros se levantaban el ánimo unos a otros cantando canciones patrióticas y representando sketches políticos. Vala había encontrado el marco ideal para sus habilidades de entretenimiento y desarrolló su obra famosa parodia, "Cuando salga de mi detención", que también se convirtió en un éxito en Sachsenhausen.

Vala estaba convencido de que la música lograba levantarle el ánimo a los prisioneros y les recordaba que había un mundo fuera del campo. Con frecuencia cantaba canciones de solidaridad o hacía una parodia de Hitler o de las SS. Más tarde recordó:

Cantábamos con tanta emoción que a los viejos criminales profesionales alemanes les caían lágrimas sobre las mejillas y luego nos daban cigarrillos, pan, dinero y nos servían de sus amplios suministros (obtenidos a través de sus conexiones con los hombres de las SS).

Vala llevaba su guitarra consigo, incluso cuando fue enviado a una marcha de la muerte en Pomerania a fines de abril de 1945. Sorprendentemente, sobrevivió.

 

Referencias

 

Kuna, M., 1993. Musik an der Grenze des Lebens: Musikerinnen und Musiker aus Böhmischen Ländern in Nationalsozialistischen Konzentrationslagern und Gefängnissen, Frankfurt/M.: Zweitausendeins.  

 

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