La carrera del compositor y director de orquesta Herbert Zipper lo condujo desde Europa hacia Filipinas y luego hacia los Estados Unidos. Su vida musical fue extraordinaria y tuvo reconocimiento internacional. Nació en Viena en 1904, en el seno de una familia judía asimilada, donde Herbert tuvo una niñez feliz y confortable. Su padre era hijo de un cantor y su madre era hija de un rabino. No obstante ello, sus padres lo criaron a él y a sus hermanos en un entorno básicamente laico y, como muchos de sus pares, se identificaban más como vieneses que como judíos. Los padres de Zipper adoraban la música y por ende sus hijos recibieron una amplia educación musical.
Herbert Zipper estudió en la Academia de Música Vienesa de 1923 a 1928. Luego de graduarse en la Academia, luchó por conseguir un trabajo de tiempo completo en una Austria en crisis. En 1930, aceptó un puesto en Düsseldorf, donde vivió y dio clases por varios años. Allí tuvo contacto por primera vez con el Partido Nazi, incluso asistió a varios encuentros por curiosidad, aunque no tomaba seriamente la amenaza que Hitler representaba.
Luego de que los nazis llegaran al poder en 1933, las cosas cambiaron drásticamente para Zipper. Amigos y compañeros del trabajo comenzaron a darle vuelta la cara y dejaron de recibirlo en sus casas. En determinado momento decidió volver a Viena y estar con su familia, con la esperanza de escapar de la influencia del nazismo –al igual que muchos artistas de la época- en la capital austríaca. La ciudad en ese momento, si bien todavía no estaba bajo el régimen nazi, estaba bajo el liderazgo de un gobierno reaccionario y las oportunidades para los artistas izquierdistas eran pocas. Zipper intentó subsistir económicamente componiendo para teatros clandestinos que habían sido prohibidos por el nuevo gobierno. En esa etapa de su carrera, se hizo amigo de muchos artistas y músicos izquierdistas, incluso del escritor Jura Soyfer. Cuando las tropas alemanas llegaron en marzo de 1938, él y su familia comenzaron a hacer planes para irse, pero en ese momento era bastante complicado conseguir todos los documentos necesarios. Zipper fue capturado por la policía austríaca en mayo de 1938. Luego de estar encerrado en la cárcel por dos días, él y veinte más (incluyendo a su hermano Walter) fueron trasladados hacia la estación de tren para luego ser enviados a Dachau.
Incluso en estos primeros tiempos, la música para Zipper era una fuente de inspiración y resistencia. Uno de los métodos de tortura de las SS era forzar a los prisioneros a cantar por obligación, tanto individual como colectivamente. Cuando lo forzaban, Zipper decidía cantar ‘Ode to Joy’ (Oda a la Alegría) en un intento por dar aliento a los otros prisioneros. El tren llegó a Dachau el 31 de mayo y Zipper recuerda ese traslado brutal como un cambio importante en su vida, marcado por golpes, humillaciones y privación de comida y agua.
Cuando Zipper llegó por primera vez al campo, le asignaron la ardua tarea de ser ‘caballo de carga’, lo cual significaba que debía arrastrar un camión de cemento por el campo. Sin embargo, la ventaja de ello es que le permitía hablar con otros prisioneros mientras trabajaba y así se reencontró con Jura Soyfer. Al reflexionar sobre el tiempo que pasó en Dachau y sobre esa agotadora tarea, dijo: “Podía soportar el hecho de cargar bolsas de frijoles de cien kilos sobre mi espalda, pero lo que no podía soportar era que robaran mi vida”. Este deseo que tenía por mantener una leve semejanza con la vida normal lo condujo a recitar poesía para otros prisioneros. Pudo conocer a otros músicos judíos y convenció a algunos carpinteros para que construyeran instrumentos de cuerda ilegalmente con madera robada. A principios de julio de 1938 ya había reunido catorce músicos y comenzó a dar conciertos los domingos a la tarde. Durante esos conciertos ilegales, los músicos tocaban piezas clásicas conocidas y también obras musicales que Zipper componía para ellos por la tarde, luego del día de trabajo.
Zipper también compuso canciones y poemas con Soyfer. Un día le sugirió a Soyfer que compusiera un poema basado en el conocido eslogan del campo: 'Arbeit macht Frei' (El trabajo te liberará). Zipper memorizó el poema que Soyfer le recitó unos días después, compuso la música en su cabeza y se las tarareó a unos prisioneros músicos. Dicha canción se conoció como 'Dachaulied'. Prontamente los músicos difundieron la canción por todo el campo, donde su espíritu marcial y letra rebelde la convirtieron en una canción extremadamente popular. Después de componer la canción, en septiembre de 1938, Zipper fue trasferido a Buchenwald. Allí le asignaron la tarea de limpiar los hoyos de las letrinas, una tarea particularmente detestable y peligrosa.
Para ese entonces, sus padres habían logrado escapar a París, donde lucharon desesperadamente por obtener su liberación y la de su hermano. En febrero de 1939, le informaron que iban a ser liberados. Luego de una breve estadía en Viena, viajaron hacia París para reencontrarse con la familia. Por ser ciudadano de un país enemigo, a Zipper lo detuvieron por poco tiempo en un campo de internamiento francés. En mayo de 1939, recibió una invitación para ser el fundador y director de la Orquesta Sinfónica de Manila. Mientras estaba allí, logró obtener visas de los Estados Unidos para su familia. Mientras tanto, la intención de Japón de invadir Filipinas ya era muy clara, y el 8 de diciembre de 1941 los japoneses atacaron a la diminuta nación y destruyeron a las fuerzas aéreas y debilitaron a las universidades, a las escuelas y a las instituciones públicas. En enero de 1941, ingresó el ejército y Zipper fue arrestado por su amistad con los norteamericanos de Manila. Luego de una breve estadía en la cárcel, fue liberado para conformar una orquesta que colaboraría con la propaganda japonesa. Logró posponer deliberadamente la conformación de dicha orquesta y en su lugar se unió a la resistencia clandestina y le pasaba información militar importante a los norteamericanos. La ciudad fue liberada en febrero de 1945 pero fue totalmente destruida por la huida japonesa. En respuesta a la destrucción que lo rodeaba, el instinto inmediato de Zipper fue reorganizar la orquesta sinfónica. Si bien muchos músicos estaban muertos, heridos o enfermos, descubrió que la mayoría de ellos estaban deseosos por unirse a la orquesta. Las entradas para el primer concierto de mayo de 1945 se agotaron inmediatamente. Tocaron Eroica de Beethoven y la sinfonía New World de Dvorak.
En marzo de 1946, Zipper y su esposa decidieron reunirse con su familia en los Estados Unidos, donde trabajó como compositor, director de orquesta y docente. Fue el director de música de varias orquestas (incluyendo la Sinfónica de Manila y la Sinfónica de Brooklyn) y director de orquesta invitado en la Filarmónica de Seúl. Tuvo un papel activo en la enseñanza de música hasta su muerte, el 21 de abril de 1997 en California.
Referencias
Cummins, P., 1992. Dachau Song: The Twentieth Century Odyssey of Herbert Zipper, New York: Peter Lang.
Hippen, R., 1988. Es Liegt in der Luft: Kabarett im Dritten Reich, Zürich: Pendo-Verlag.
Rosen, P., 2002. Bearing witness: a resource guide to literature, poetry, art, music, and videos by Holocaust victims and survivors, Westport, Conn.: Greenwood Press.
Stompor, S., 2001. Judisches Musik- und Theaterleben unter dem NS-Staat, Hannover: Europaisches Zentrum fur Judische Musik.