Gideon Klein nació en Prerov, Moravia, el 6 de diciembre de 1919. Su familia, de tradición judía, era de mentalidad moderna y apoyaba el arte y la cultura. A los seis años, la musicalidad precoz de Gideon se hizo evidente y comenzó a estudiar piano con el director del conservatorio local. A los once años comenzó a viajar una vez por mes a Praga para tomar lecciones con la esposa del destacado docente de piano Prof. Vilém Kurz y, al año siguiente, se mudó a Praga para vivir con su hermana, Eliska Kleinova. En el otoño de 1938 fue aceptado en la Escuela del Prof. Kurz en el Conservatorio de Praga y paralelamente se anotó en la Universidad Charles para hacer cursos de filosofía y musicología, donde escribió un impresionante y detallado estudio de conducción de voz en el cuarteto de cuerdas de Mozart durante su primer semestre.
Se graduó de la Escuela en un año pero no pudo continuar en la universidad cuando los nazis cerraron todas las instituciones de enseñanza superior tras la ocupación de Checoslovaquia en marzo de 1939. Durante ese período Klein comenzó a tocar mucho y obtuvo reconocimiento general por su desempeño técnico, por la madurez de sus concepciones musicales, por su inteligencia, por su comprensión y por involucrarse emocionalmente. En 1940 le ofrecieron una beca para estudiar en la Royal Academy de Londres, pero en ese momento las leyes nazis raciales y emigratorias impidieron su salida del país. Los músicos judíos no pudieron seguir tocando públicamente. Gideon eludió esto durante un tiempo ya que se presentaba con el nombre de Karel Vranek, pero cuando esto también se tornó demasiado peligroso, su lugar de actuación fue en casas privadas de aquellos que querían escucharlo.
Hasta hace poco se suponía que, a excepción de algunos breves ensayos y obras de juventud, Klein había escrito pocas piezas musicales hasta alcanzar su plenitud como compositor en Theresienstadt. Inesperadamente, sin embargo, en junio de 1990, la familia del Dr. Eduard Herzog en Praga (amiga de los Klein desde antes de la guerra) encontró en su poder una valija cerrada, olvidada por más de cincuenta años. Contenía un tesoro de manuscritos de Gideon, evidentemente colocado para que los Herzog lo custodiaran antes de que Klein fuera enviado a Theresienstadt. Esta música cambió completamente la sensación de que repentinamente comenzó a componer en serio sólo en el gueto, ya que reveló obras de 1939 y 1940 que sorprenden por su arte y madurez para alguien tan joven entonces: canciones para soprano y piano, un octeto para viento, piezas a gran escala para cuarteto de cuerdas y varios dúos de cuerdas, incluyendo uno en cuartos de tono.
El 1 de diciembre de 1941, Gideon Klein, junto con miles de otros judíos de Praga, fue deportado a Theresienstadt. Inmediatamente se convirtió en un miembro activo de la vida cultural del campo y llevó a cabo todo lo que fue necesario para ayudar en la creación y mantenimiento de las actividades musicales para beneficiar tanto a los músicos como a sus públicos. Continuó tocando música de cámara con sus colegas de Praga, hizo acompañamiento de los cantantes y colaboró con la preparación de las funciones de “La novia vendida”, “Réquiem” de Verdi y otras obras de Smetana.
La capacitación musical más larga y más intensa de Klein fue como pianista. Su repertorio como solista en Theresienstadt se focalizó en gran medida en obras que lo hicieron famoso en Praga, entre ellas: el Adagio de Mozart, la Sonata op.110 de Beethoven, Fantasía op. 17 de Schumann, Intermezzo de Brahms, Life and Dreams de Josef Suk, Sonata l.X. 1905 de Janáček, como así también obras de Schoenberg, Scriabin y la transcripción que hizo Busoni de una tocata y fuga de Bach. Como en tantos conciertos de Theresienstadt, la demanda popular pedía que las funciones se repitieran y los programas de música de cámara y solitas de Gideon se llevaron a cabo hasta once veces. Cierto grado del virtuosismo de Klein se puede notar a partir de las críticas de Viktor Ullman en su segundo recital. "Gideon Klein- escribió-
es, sin dudas, un talento extraordinario. Tiene el estilo sereno y práctico de la nueva juventud. Uno se maravilla de su madurez estilística, extrañamente temprana”.
Las composiciones de Klein en Theresienstadt incluyen música de cámara para cuerdas, obras corales, madrigales y poesías de Hölderlin y Villon, una sonata para piano, música de escena para teatro y un ciclo de canciones para contralto y piano: arreglos de Die Peststadt y poesía de Petr Kien (un poeta joven muy talentoso, que también llegó a Theresienstadt desde Praga).
Eliska Kleinova, su hermana mayor, ya había sido deportada a Auschwitz cuando Gideon y su colega compositor Hans Krasa decidieron hacer planes para salvar la música que habían escrito en Theresienstadt. Cuando su propia partida ya era inevitable, le encomendaron sus manuscritos a Irma Semtzka, la última novia de Gideon en el gueto, y le pidieron que se los diera a Eliska si sobrevivía a la guerra y si la volvía a encontrar.
El 1 de octubre de 1944, nueve días después de completar su trío de cuerdas (que fue su última composición), Gideon Klein fue enviado a Auschwitz y de allí a Fürstengrube, un campo de trabajo de minería del carbón para hombres, cerca de Katowice, en Polonia. No se sabe si fue asesinado allí por los nazis restantes cuando se aproximaba el Ejército Rojo libertador o si murió en una marcha forzada con los judíos que fueron obligados a acompañar a las SS cuando huían. Desde luego no recibió ninguna consideración por su habilidad musical pero pagó el precio final el 27 de enero de 1945, casi dos meses después de su vigésimo quinto cumpleaños. Irma Semtzka permaneció en el campo hasta su liberación. Cuando se volvió a encontrar con Eliska en Praga, después de la guerra, le dio los valiosos manuscritos a ella, junto con un retrato al óleo de Gideon, que hasta el día de hoy está colgado sobre el piano en el mismo apartamento donde la Prof. Klevnova vivió con su hermano durante sus últimos años en Praga. Eliska trabajó incansablemente en nombre de la música de Gideon y, “sin tener suficiente dinero para comprar un pañuelo”, organizó el primer concierto completo de su música el 6 de junio de 1946 en el pequeño salón del Rudolfinium. El director de orquesta Karel Ančerl, quien contribuía en gran medida a la vida musical de Theresienstadt, escribió algunos comentarios para el programa de ese concierto, y su conclusión fue la siguiente:
Donde había funciones culturales valiosas, seguro Gideon Klein era quien las promovía. Hacia el final, antes de los traslados [finales] a Auschwitz, Gideon comenzó a dirigir. Tenía mucha habilidad y un oído preciso para este arte. Es difícil decir cómo y hasta qué punto habría crecido Gideon Klein en circunstancias normales. Se podría decir con certeza que habría estado entre los mejores y que habría alcanzado la perfección suprema en el arte, en el piano, en la composición y en la dirección de orquestas.
La música
Si bien asistía a conferencias de Alois Hába, el compositor que escribía en la escala de cuartos de tono, en la Academia de Música de Praga, Klein fue mayormente autodidacta en la composición como tal y su considerable experiencia técnica mejoró por el estudio constante de partituras musicales. Su hermana recuerda que leía en la cama, como absorto en las complejidades de Bach y Mozart (“su Dios especial y maestro”) como si estuviera en medio de la trama que se desarrolla en una novela.
Las obras de Gideon Klein en Theresienstadt son una continuación natural y desarrollo de su música anterior, y se pueden percibir dos tendencias: una que refleja sus orígenes checos y la otra que revela una afinidad por la Segunda Escuela de Viena. Estas dos tendencias no son mutuamente excluyentes, ya que la presencia y la influencia de Schoenberg (tanto su forma de ensañar como su ejemplo) fueron adoptadas especialmente en Praga durante la década de 1920 y de 1930 por un grupo de alumnos de Schoenberg de habla alemana, entre los cuales se encontraban Heinrich Jalowetz, Josef Trauneck y Viktor Ullman. La propia música de Schoenberg fue interpretada frecuentemente en Praga a partir de 1904, y la de Anton Webern, hasta fines de 1935. Klein, después de mudarse a Praga en 1931 (a los once años), sin duda fue expuesto a esta música relativamente pronto. Sus presentaciones entre 1939 y 1941 incluían no sólo obras de Janáček, sino también obras de Schoenberg: Tres piezas para piano, Op. 11. Estas dos influencias son notables, por ejemplo, en su Divertimento (1939) para ocho instrumentos de viento y Tres canciones, Op. 1 (1940). Existe una dicotomía similar entre las dos obras más largas de Theresienstadt: La Sonata (1943) y Trío de cuerdas (1944).
Por David Bloch