Pocos días después de la invasión alemana a la Unión Soviética en junio de 1941, los nazis comenzaron a asesinar a los judíos de Lituania. En 1939, Lituania tenía una población de alrededor de 160.000 judíos; en 1945, el 90% de ellos habían muerto. Ese grupo de judíos, altamente educados y poco asimilados, sirvió como una especie de terreno de prueba para los planes genocidas de los nazis, quienes recurrieron no sólo a sus propias tecnologías de asesinato en masa, sino también al feroz antisemitismo de los nacionalistas lituanos, que había matado a miles por propia voluntad antes de la invasión alemana. En febrero de 1942, los nazis y sus cómplices habían asesinado a la mayoría de los judíos de Lituania; el resto permaneció en los tres guetos principales de Vilna, Shavli (Šiauliai) y Kovno, como un grupo de trabajo esclavo.
Desde fines del siglo XIX, Kovno se había convertido en el centro de la vida judía de Europa Oriental, famosa por su yeshiva del barrio judío de Slobodka, por su sistema de escuelas judías y por ser el centro de la actividad sionista. Un visitante judío polaco, impresionado por el tamaño y la confianza de la población judía de Kovno, antes de la guerra recordaba que
caminando por las calles de Kovno tenías la impresión... de que era una ciudad totalmente judía. Quizás fue, en todos los sentidos, la ciudad más judía del mundo.
El gueto de Kovno, construido en la zona de Slobodka, estaba dividido en dos secciones. A partir del 15 de agosto de 1941 encerró a unos 30.000 judíos. En menos de cinco años, casi todos los judíos de Kovno habían sido asesinados, fusilados en la ciudad, habían muerto de hambre y enfermedad dentro del gueto o bien habían sido deportados a campos de concentración y exterminio. Los nazis intentaron dejar la menor cantidad posible de registros de los crímenes que habían cometido y evitaron que sus víctimas registraran su propia destrucción. No obstante ello, en Kovno, los judíos encarcelados en el gueto mantuvieron algunos de los registros más detallados y ricos desde el punto de vista cultural de la experiencia judía bajo el encierro nazi.
La historia de la aniquilación de esta comunidad fue documentada en parte gracias a los esfuerzos del presidente del Consejo Judío, Dr. Elkhanan Elkes, quien alentó a los judíos de Kovno para que registraran sus historias y experiencias. No sólo intentó proteger a los habitantes del gueto, sino que también apoyó a la resistencia clandestina y permitió que la gente escapara para unirse a los partisanos. Para los historiadores de hoy en día fue incluso más importante su compromiso de "inmortalizar... cada aspecto de la realidad del gueto".
Avraham Tory, el Secretario principal del Consejo, fue uno de los que registró la vida en el gueto. Tomaba nota de las órdenes orales que los nazis le daban, escribía un diario personal y coleccionaba transcripciones de canciones populares, poesía, mapas y fotografías. Para expresar el objetivo de esta misión, escribió:
Junté carteles, símbolos, obras de arte gráfico, letras de canciones y bromas macabras, que reflejan la vida de las personas y la vida de la comunidad en el gueto.
Tory logró ocultar todo lo que había escrito antes de escapar con éxito en marzo de 1944. A diferencia de Elkes, quien fue deportado a Dachau en julio de 1944, Tory sobrevivió a la guerra escondiéndose fuera del gueto.