Vera Hozakova
La vida de Vera Hozakova estuvo definida por el compromiso y el idealismo. En la década de 1930 obtuvo un título en diseño de edificios y construcción, y trabajó en obras en construcción, un entorno tradicionalmente masculino. Por ser estudiante comunista activista, fue encarcelada y luego fue trasladada a Ravensbrück, donde cantaba canciones patrióticas y componía poemas y canciones que se burlaban de los nazis y de la vida en el campo de concentración. Después de la liberación, se convirtió en arquitecta profesional y fue profesora de una universidad de Ingeniería, algo inusual para una mujer de su época. Puesto que sus vivencias en la Europa Oriental de la posguerra la llevaron a cuestionar su compromiso con el comunismo, se mantuvo fiel a sus creencias. Cuando los tanques soviéticos invadieron Praga en 1968, fue una de las pocas en expresar públicamente su desaprobación. Como consecuencia perdió su trabajo y tuvo que mantener a sus hijos con trabajos menores.
Vera Fialova nació el 28 de octubre de 1917 en Hradec Králové, Bohemia. De niña, era miembro entusiasta del grupo de jóvenes nacionalistas Pathfinders, donde disfrutaba particularmente del canto de canciones populares checas. Conoció a su futuro marido Bedrich Hozak en un club nacionalista de gimnasia que también frecuentaba. Después de haber terminado la escuela secundaria, decidió seguir la inusual carrera de construcción. Mientras estudiaba para conseguir su diploma trabajaba en una obra en construcción. Cuando se recibió, en 1937, se mudó a Praga para estudiar Arquitectura en la universidad. Allí, siguiendo el ejemplo de su padre, se convirtió en un miembro activo de las organizaciones estudiantiles de izquierda y se unió al Partido Comunista después de que los alemanes ocuparan Checoslovaquia en septiembre de 1938. En marzo de 1939 los alemanes habían llegado a Praga y el Partido Comunista fue prohibido inmediatamente. Un mes después los estudiantes checos (Hozakova incluida) organizaron una protesta masiva y los alemanes reprimieron brutalmente, dispararon contra la multitud y mataron a un estudiante. El 17 de noviembre, la policía -cada vez más temerosa del poder del movimiento estudiantil checo- tomó los departamentos estudiantiles de Praga y envió a 1.200 estudiantes de sexo masculino a Sachsenhausen. Además, cerraron la universidad oficialmente por tres años.
En este punto, Hozakova se vio obligada a abandonar sus estudios y a buscar un empleo de tiempo completo. Encontró un puesto como ilustradora técnica, un trabajo que le permitió comenzar la tarea de resistencia con el Partido Comunista. Era principalmente mensajera y persona de contacto y logró ocultar sus actividades ilegales hasta julio de 1941, cuando fue arrestada y encarcelada en Praga por seis meses. Si bien tuvo que soportar la miseria de la cárcel, Hozakova conservó su conciencia política. Intercambió información y apoyo con otras prisioneras políticas que pensaban como ella y también generó la costumbre de cantar con sus amigos (sobre todo canciones del teatro checo) mientras realizaban tareas humillantes.
La vida en la cárcel era mala pero no era nada comparada con la vida en el campo de concentración de Ravensbrück, donde Hozakova fue trasladada en enero de 1942 junto con un grupo de prisioneras políticas checas. Al llegar les asignaron la barraca checa 8, que en ese momento tenía alrededor de 900 prisioneras. (A medida que el campo se fue superpoblando con el correr de los años, esa cifra aumentó de manera exponencial). Los primeros dos años los pasó realizando tareas físicas agotadoras, sacando arena congelada con pala, excavando zanjas y transportando cemento. A pesar de que su experiencia previa en una obra fue de utilidad, eventualmente el trabajo le pasó factura a su salud, y gracias a la intervención de algunas amigas checas de la enfermería obtuvo un período de licencia por enfermedad y logró recuperar sus fuerzas.
En el verano de 1943, las SS hicieron saber que estaban buscando ilustradoras técnicas. Hozakova se presentó para el puesto y lo consiguió. El cambio de contexto, de pasar de su trabajo habitual a la oficina de ingeniería, fue a la vez relajante y profundamente triste. Según escribió en sus memorias:
¡Cuánto más fácil es nuestra vida ahora en contraste con la de las miles que están detrás de nuestra puerta! Durante todo el día estamos en un mundo diferente. . . en la tranquilidad, la calidez, haciendo tareas calificadas, lejos de las abarrotadas barracas, los gritos, el miedo. . .
El trabajo representó una mejora inimaginable física e intelectualmente, pero además fue trasladada a la barraca 3, donde eran enviadas las prisioneras que entraban en contacto con las SS. Esta barraca, limpia y con agua corriente, cambió drásticamente su experiencia en el campo. Sin embargo, la mejora en su entorno sólo reforzó su compromiso por ayudar a otras prisioneras menos "privilegiadas". En este sentido, su trabajo le trajo varias ventajas. De vez en cuando podía escuchar la radio a escondidas y luego pasar las noticias. También tuvo acceso a libros y papel, que eran mercancías valiosas.
Durante su estadía en el campo, Hozakova escribió poemas y canciones, motivada por la creencia de que "nadie jamás va a poder quitarnos la belleza de la palabra". Se las ingenió para hacer dos cuadernillos: el primero era una colección de poemas satíricos y canciones de cabaret, y el segundo era un libro de cocina humorístico. En el otoño de 1941, Anna Kvapilova, que antes de la guerra había trabajado en el departamento de música de la biblioteca de Praga, fue trasladada a Ravensbrück. Ella organizó y comenzó a dirigir un coro checo compuesto por doce mujeres. Utilizaba partituras que un amigo ingresaba en el campo de contrabando. Dirigió así coro con canciones en checo y eslovaco, especialmente las de Smetana y Dvorak. Hozakova fue una integrante entusiasta y practicaba siempre que podía, ya sea en voz baja cuando pasaban lista o con una amiga detrás de las barracas cuando rara vez había un momento libre.
El coro checo era muy respetado. Aunque por lo general no podían presentar conciertos formales, ocasionalmente montaban espectáculos improvisados los domingos y cantaban para un pequeño grupo de mujeres mientras algunas prisioneras vigilaban. También hubo algunas presentaciones más formales. La obra más exitosa fue "Mayo" de Karel Hynek Macha en 1944. Fue una producción elaborada que implicó la ayuda de muchas prisioneras artísticas talentosas, entre ellas la coreógrafa y bailarina profesional Nina Jirsikova y una ex profesora de música de Praga. El espectáculo se llevó a cabo el 30 de abril de 1944, en conmemoración al 1 de mayo. Todas las prisioneras que entendían checo fueron invitadas y tuvo un gran éxito entre el público, en parte porque varias de las canciones fueron compuestas en base a pasajes del himno nacional checo.
Afortunadamente, ésa fue la última primavera que estas mujeres estuvieron en Ravensbrück. En abril de 1945, creció la tensión en el campo y, hacia fin de mes, los soldados alemanes comenzaron a evacuar grupos de mujeres. Hozakova, decidida a no abandonar a una amiga íntima que estaba en la enfermería y que temporalmente no podía caminar, se escondió de los guardias. Cuidó a su amiga y a otras reclusas enfermas; una tarea que continuó incluso después de que los soviéticos liberaran el campo. Por varias semanas, hubo falta de provisiones y elementos básicos de higiene y las mujeres continuaron muriendo. Después de un mes de cuidar a las enfermas, a fin de mayo, Hozakova partió hacia Praga. Allí continuó sus estudios de arquitectura, se graduó y se casó con su novio de la infancia en 1947.
A pesar de trabajar con éxito como ingeniera técnica y obtener un puesto como profesora en la universidad, Hozakova cada vez estaba más descontenta con su situación. Como el régimen soviético se tornó cada vez más represivo y, en particular, como muchos combatientes de la resistencia checa comenzaron a ser perseguidos, detenidos e incluso ejecutados, Hozakova poco a poco perdió su fe en los ideales comunistas. Indignada por lo que percibía como una traición, comenzó a criticar al régimen abiertamente a fines de 1950. El punto de inflexión se produjo en la Primavera de Praga en 1968, cuando los tanques soviéticos invadieron Praga para reprimir el movimiento de resistencia estudiantil. Por ser manifestante vocal, Hozakova fue sancionada prontamente y con severidad. Primero fue expulsada del Partido Comunista, al que se había unido por primera vez en 1939; luego fue despedida de su trabajo y se le prohibió enseñar nuevamente o hablar públicamente sobre su vivencia bajo el régimen nazi. Puesto que todavía necesitaba mantener a sus tres hijos, Hozakova pasó varios años como empleada doméstica y obrera hasta que finalmente se jubiló en 1972.
Sus memorias, que escribió en 1977, fueron publicadas en Checoslovaquia y en Alemania. También fue una de las ocho mujeres destacadas en una película alemana sobre las mujeres en los campos de concentración, intitulada Das Gedächtnis der Frauen (La memoria de las mujeres).
Referencias
Knapp, G., 2003. Frauenstimmen: Musikerinnen erinnern an Ravensbrueck, Berlin: Metropol-Verlag.