Sachsenhausenlied

Karl Wloch, prisionero político alemán, creó 'Sachsenhausenlied’ (La canción de Sachsenhausen) en el invierno de 1936 junto a sus amigos comunistas Bernhard Bästlein y Karl Fischer. La canción surge a partir de una melodía conocida de los trabajadores ‘Die Bauern wollten Freie sein’ (Los campesinos quieren ser libres) y decidieron que debía ser utilizada como medio para fortalecer la unidad de los prisioneros y para reflejar un espíritu anti-fascista. Como sucedía con muchas canciones del campo, primero la aprobaron las SS y con frecuencia les ordenaban a los prisioneros que la cantaran. No obstante ello, la canción fue luego prohibida, pero y los prisioneros siguieron cantándola en secreto, con lo cual dejó de ser un canto forzado para pasar a ser canto voluntario.

Wir schreiten fest im gleichen Schritt,
wir trotzen Not und Sorgen,
║: denn in uns zieht die Hoffnung mit
auf Freiheit und das Morgen. :║

Was hinter uns, ist abgetan,
gewesen und verklungen.
║: Die Zukunft will den ganzen Mann,
ihr sei unser Lied gesungen. :║

Aus Esterwegen zogen wir leicht,
es liegt verlassen im Moore,
║: doch bald war Sachsenhausen erreicht –
es schlossen sich wieder die Tore. :║

Wir schaffen hinter Stacheldraht
mit Schwielen in den Händen
║: und packen zu und werden hart,
die Arbeit will nicht enden. :║

So mancher kommt, kaum einer geht,
es gehen Mond’ und Jahre,
║: und bis das ganze Lager steht,
hat mancher graue Haare. :║

Das Leben lockt hinter Drahtverhau,
wir möchten’s mit Händen greifen,
║: dann werden unsre Kehlen rauh
und die Gedanken schweifen. :║

Wir schreiten fest im gleichen Schritt,
wir trotzen Not und Sorgen,
║: denn in uns zieht die Hoffnung mit
auf Freiheit und das Morgen. :║

Caminamos, trabados en el paso,
nos burlamos de nuestras necesidades y preocupaciones,
La esperanza se mueve con nosotros,
esperanza por la libertad y un mañana.

Lo que está detrás de nosotros quedó en el pasado,
terminó y desapareció.
El futuro exige al hombre entero,
por eso cantamos nuestra canción.

Viajamos desde Esterwegen,
que se encuentra abandonado en la turba,
Pero pronto llegamos a Sachsenhausen,
Y una vez más se cierran las puertas.

Dormimos detrás del alambre de púas
con ronchas en nuestras manos.
Cavamos y nos ponemos firmes,
el trabajo no termina más.

De esta manera, muchos vienen, casi ninguno se va,
Muchas lunas y años pasan,
Y para cuando todo el campo está construido,
muchos ya tienen canas.

La vida nos llama detrás de las alambradas,
nos gustaría aferrarnos a ella con las manos,
entonces la garganta se vuelve áspera,
nuestros pensamientos deambulan sin rumbo fijo.

Caminamos, trabados en el paso,
nos burlamos de nuestras necesidades y preocupaciones,
La esperanza se mueve con nosotros,
esperanza por la libertad y un mañana.

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