Funciones de circo en Börgermoor
Poco tiempo después de que se abriera el campo de Börgermoor, éste alcanzó su apogeo en la vida cultural. Esto ocurrió a través de dos hechos independientes en el campo, además del estreno de ‘Börgermoorlied’ (’Canción de Börgermoor’). Wolfgang Langhoff fue el creador de uno de estos hechos: el “Zircus Konzentrazani”, y luego dio una descripción detallada del mismo en un relato personal de su vida en Börgermoor. Sin embargo, fuentes recientemente encontradas prueban que una semana antes del estreno del “Zircus Konzentrazani,” se había llevado a cabo un espectáculo similar. En una carta del 21 de agosto de 1933, Eugen Eggerath escribió:
Ayer [domingo 20 de agosto de 1933], el circo estuvo aquí. Los camaradas crearon un drone [un instrumento musical] con las latas de arenque en escabeche y con hojalata. También había un violín, una mandolina, una armónica y un acordeón. En conjunto constituían una orquesta “correcta”. Luego llegaron las doce atracciones. Noni, la niña sin extremidades inferiores, era la atracción principal. Había alrededor de quinientos detenidos entre el público. Era tan divertido como el teatro Apolo. El evento se llevó a cabo en el espacio abierto más grande de las barracas, que se usa como mercado (podemos movernos libremente dentro del alambre de púas). Langhoff estaba celoso y prometió que el domingo que viene va a haber un gran espectáculo para la familia y los niños por la mitad de precio.
Hay muchos paralelismos aquí con el “Zircus Konzentrazani” de Langhoff. Ambos eran circos con diferentes actos y ambos tenían un drone y una “orquesta”. Es sorprendente que más de una persona tuviera la idea de levantarle el ánimo a sus compañeros prisioneros los domingos con un espectáculo jovial autorizado oficialmente.
Para el momento de la primera función, el espectáculo de Langhoff todavía estaba en la etapa de ensayo. Y aún cuando sintió la necesidad de bajar el precio, este profesional del teatro no tenía miedo de su competencia. En los momentos previos a su función, Langhoff y los otros manifestaron abiertamente su preocupación por el hecho de que dicho evento provocara a las SS o que los líderes del campo lo usaran como propaganda. Por esta razón, conversaron sobre los detalles de sus planes en barracas individuales con prisioneros en quienes sabían que podían confiar. El mismo día, Langhoff comenzó a prepararse y fue a buscar a los artistas. También le pidió a Johann Esser que escribiera la letra de la canción del campo, que luego se convertiría en ‘Börgermoorlied’. La función se llevó a cabo con el apoyo de una pequeña comisión y con la aprobación del comité ilegal de prisioneros.
El “Zirkus Konzentrazani” de Wolfgang Langhoff
El “Zircus Konzentrazani” finalmente tuvo lugar el 27 de agosto de 1933. Fue una reacción directa a la conocida “Night of the Long Boards” (o noche de los tablones largos), durante la cual miembros borrachos de las SS atacaron a los prisioneros de las barracas nueve y diez y los obligaron a someterse mientras los golpeaban con tablones de madera. Por lo tanto, una de las metas del circo era trabajar contra el clima de resignación, apatía y sumisión que tuvo lugar luego de semejantes excesos de violencia. Tenían la intención de mostrar una fortaleza renovada y mejorar la solidaridad entre los prisioneros. Otro objetivo era “mostrarles a las SS la diferencia entre su primitiva visión de la vida y la visión de la vida de sus oponentes políticos”. Asimismo, querían influenciar el comportamiento de aquellos “niños honrados” de las SS. Sus esperanzas no sólo se fortalecieron porque el comandante había permitido la función, sino porque él y sus guardias iban a asistir en persona.
Langhoff fue un líder claro y se apoyó en un típico espectáculo de circo. Los prisioneros que fueron elegidos para actuar crearon un programa de funciones artísticas y humorísticas, diseñado para levantar el “ánimo general” de sus compañeros prisioneros. En las barracas cinco, se creó una especie de pista de circo. Actuando como un pregonero, uno de los prisioneros publicitaba el show por el campo y frente al comandante con un póster. También había un payaso que ofrecía trozos de barrizal como “helado moor o del tremedal”. Una pequeña banda (“Schrammelkapelle”) con un acordeón, violines hechos a mano y una sonaja abrieron la función y luego brindaron interludios musicales. Con experta ironía, el “Director Konzentrazani” presentó el circo. Tenía una galera de papel y llevaba un látigo. El público aplaudía y reía. Luego, entraron en escena cinco “chicas moor” para bailar la danza del vientre, como así también un grupo de “gimnastas árabes”, dos payasos, dos malabaristas y un comediante. También había un “ballet moor”, que estaba compuesto por los cinco prisioneros más gordos, luchadores, acróbatas, una cigüena que adivina la suerte, dos boxeadores que hacían una parodia de una pelea de boxeo, dos payasos como “los soldados de la turbera” que interpretaban a la conocida pareja del cine mudo Pat and Patachon y satirizaban el canto forzado. Asimismo había un coro de cuarenta personas que cantaba ‘Es steht ein Soldat am Wolgastrand’ (‘Un soldado se encuentra en las orillas del Volga’) y otras canciones.
El momento supremo del circo fue la conclusión y el estreno de ‘Börgermoorlied’, también conocida como ‘Moorsoldatenlied’, ‘Canción de los soldados de la turbera’ y ‘Le Chant des Marais’ (en francés). Si bien al principio estaban un poco custodiados, los prisioneros comenzaron a cantar con entusiasmo y cerca del final estaban más desafiantes. El canto voluntario de la canción de sus camaradas frente a las SS fue más que un mero revés para el canto forzado. La canción constituyó una nueva forma de creatividad, una que había sido producida a pesar de las deprimentes condiciones del encierro. Fue algo con lo que todos los prisioneros pudieron identificarse y que les transmitió optimismo. Prontamente la canción se extendió tanto dentro como fuera del sistema de campos. En todas partes se vio como una prueba tangible de la autodeterminación de los prisioneros y se convirtió en un símbolo de resistencia contra los nazis. La fama del “Zircus Konzentrazani” se debe en gran medida a la ‘Canción de los soldados de la turbera’. Luego del emotivo final, los prisioneros del público volvieron a sus barracas de la misma forma disciplinada en la que habían llegado.
Para Eggerath, el circo fue un éxito innegable. Incluso fue mejor recibido que el primero. Dejó tanto a los prisioneros como a los guardias esperando más y aumentó las ambiciones de Langhoff. Eggerath escribió el 30 de agosto de 1933:
¡El domingo hubo un gran circo! Konzentrazani con bueyes, camellos y otras rarezas. Si hubiera sido el Circo Sarasani, habría pagado 5 con gusto. Fuera de broma, fue un gran espectáculo. ¡El director Wolfg [Wofgang Langhoff] creó una función de tres horas! ¡Novecientos detenidos y sesenta miembros de las SS estaban entre el público! ¡Algunas canciones tenían música y letra originales y tenían una armonía para cuatro voces! La orquesta de cinco personas, dirección del Dr. “Moor Blower”, “Moorsänger” [“Los cantantes Moor”], “Riesenmoorballet” [“El gran ballet Moor”], “Bergische Nachtigall” y otros. En pocas palabras, ¡fue el mejor día de los últimos seis meses! En un anuncio muy divertido, el Dr. “Moor Blower” dijo que el próximo domingo deberíamos traer a nuestras esposas e hijos.
De esta manera, aunque los relatos de Eggerth y Langhoff no concuerden exactamente, ambos pintan una imagen imponente del evento del campo.
Con bromas ingeniosas, el circo describió las tristezas y las necesidades de los prisioneros de un modo humorístico y a veces imprudente. El programa tenía una combinación pintoresca, que apuntaba a la mayor cantidad de gente posible en la audiencia: había actos acrobáticos y deportivos, actos cómicos, sketches de cabaret, escenas cortas y presentaciones musicales. Este tipo de espectáculos con actos cortos no eran más fáciles de representar que un espectáculo teatral entero, pero eran más fáciles de decorar y de equipar. Además, era más sencillo esconder la crítica. Puesto que todos los artistas demandaban flexibilidad y el derecho de improvisar, podían reaccionar rápidamente ante cualquier cambio de humor de las SS que estaban entre la audiencia. Más aún, la gran cantidad de actos requerían de una gran cantidad de participantes, que coincidía con el deseo de los prisioneros por hacer las cosas en conjunto. Finalmente, y no por ello menos importante, los ensayos intensos garantizaban el mayor nivel artístico, dadas las condiciones, y esto era algo muy importante para Langhoff.
El “Circus Konzentrazani” criticaba las condiciones del campo principalmente a través de la ironía. También indirectamente se mofaba del primitivismo de los guardias. Aún así, las SS estaban impresionadas por la función, que los había sorprendido por su originalidad y jovialidad. Con su brillante ejecución y precisa puesta en escena, Langhoff había diseñado el circo específicamente para conmover a este segmento de la audiencia. Les dieron a las SS las primeras filas de asientos (que también eliminaba la posibilidad de tomar fotografías, que luego podrían haberse usado para propaganda). Más que esto, necesitaban presentar chistes que encajaran con el horizonte intelectual limitado de las SS. De un modo divertido y entretenido, cuestionaban las creencias nazis, como cuando mencionaron el tema de la demanda de los prisioneros por mejores condiciones de vida. Los remates de los chistes estaban calculados para crear una carcajada unificadora y liberadora. Por otra parte, este tipo de humor mantenía la ilusión de que los prisioneros todavía podían actuar independientemente y, por lo tanto, incrementaba su deseo por resistir. Sin embargo, los chistes actuaban como recordatorio de la fortaleza de los líderes del campo, quienes toleraban este humor negro sin finalizar la función abruptamente.
De hecho, el circo pudo de alguna manera mejorar la relación con los guardias y darles a los prisioneros una nueva esperanza y coraje. El “Circus Konzentrazani” puso a prueba la capacidad de los prisioneros para expresar su sufrimiento y para resistir no solamente en Börgermoor, sino en otros campos del área. Los prisioneros transferidos a otros campos llevaban la idea del circo con ellos y se convirtió en un modelo para los eventos del campo, más allá de Börgermoor. Hubo eventos paralelos: el 1° de abril de 1934 en Börgermoor y el 1° de enero de 1941 en Neuengamme. Allí los ex soldados de la turbera, Heinrich Pakullis y Ernst Saalwächter, revivieron el circo con la idea de que uno debe tener “circo en la vida, circo muriendo y circo en la muerte”.
Por Guido Fackler
Referencias
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