La década de 1920 presagiaba una "edad de oro" del cabaret alemán, con clubes como Schall und Rauch (Sonido y humo), de Max Reinhardt, y Wilde Bühne (Escenario salvaje), de Trude Hesterberg, en Berlín, y Die Elf Scharfrichter (Once verdugos), en Múnich, que ofrecían espectáculos hedonistas, vanguardistas y atrevidos. El cabaret alemán era célebre por su sátira política, que puso en peligro a los artistas de cabaret después de 1933, cuando los nazis suprimieron cualquier forma de crítica política.
Los compositores judíos, que dominaban la escena del cabaret, estaban especialmente en peligro, y muchos optaron por huir a París, donde el cabaret seguía prosperando. Muchos de los compositores judíos de cabaret también trabajaban para la UFA (Universum Film Aktien Gesellschaft), el mayor estudio cinematográfico de Alemania. Dirigido por el derechista Alfred Hugenberg, la UFA aplicó políticas antisemitas como el despido de empleados judíos, incluso antes de que los propios nazis aplicaran estas políticas. Kurt Weill, Werner Richard Heymann, Friedrich Hollaender, Mischa Spoliansky y Franz Waxman fueron algunos de los compositores judíos de cabaret que huyeron de Berlín y lograron hacer carrera fuera de Alemania.