Berthold Goldschmidt

Una de las dimensiones más interesantes de la Segunda Guerra Mundial fue el uso creativo y diverso de la propaganda, como la que se utilizó en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936 y en los panfletos norteamericanos. Además, hubo muchas otras formas en las cuales las fuerzas en guerra intentaron convencer a los pueblos enemigos de que sus bandos eran inferiores y que estaban perdiendo la guerra. La BBC empleó una de las formas más creativas para hacer propaganda de la música opositora. En los últimos años de la guerra, la radio británica auspició un programa en su Servicio Europeo dirigido a Alemania. El objetivo de ese programa era darles a los alemanes la posibilidad de escuchar música que había sido prohibida durante el régimen nazi debido a la posición política o “racial” del compositor. En función de las recomendaciones del compositor y director de orquesta judeo alemán Berthold Goldschmidt, se pasaba la poderosa música de compositores judíos como Mendelssohn y Mahler, y grabaciones de artistas como Kreisler y Schnabel para persuadir a los alemanes a que desafiaran los valores de su régimen. Si bien el programa duró poco tiempo, fue un fascinante ejemplo de la movilización política de la música clásica. Para Goldschmidt, el trabajo combinaba su amor por Alemania y su odio por los nazis; su pasión por la música y sus convicciones políticas.

Berthold Goldschmidt nació en Hamburgo el 18 de enero de 1903. Con el apoyo de sus padres, que eran adeptos a la musica, tomó clases de piano a los seis años y empezó a componer tempranamente. De joven, se interesaba particularmente por la música de Bach y Mahler. Demasiado chico para ingresar en el ejército, durante la Primera Guerra Mundial fue enviado al campo rural para realizar tareas agrícolas en apoyo al esfuerzo de la guerra. Mientras estaba allí, fue testigo del maltrato a los prisioneros de guerra soviéticos, cautivos para trabajos forzados. Esta pronta exposición al racismo y a la explotación incidió en su desarrollo político y musical, y eventualmente hizo que se convirtiera en antifascista y antiautoritario.

Luego de la Guerra, Goldschmidt comenzó a estudiar filosofía e historia del arte en la Universidad de Hamburgo. Sin embargo, pronto decidió volver a su primer amor, la música, y se mudó a Berlín para estudiar, ente otros, con Franz Schreker. Consciente de que no era lo suficientemente bueno para convertirse en músico teatral, se dedicó a la composición y a la dirección de orquesta. Para 1925 ya se había convertido en un compositor conocido. A fines de 1920, comenzó a trabajar en su primera ópera Der Gewaltige Hahnrei. La ópera fue controvertida desde su estreno, ya que era prácticamente una crítica encubierta del poder destructivo de la autoridad. Mientras los nazis obtenían cada vez más poder y lo consolidaban, la obra de Goldschmidt, que se estrenó en febrero de 1932, recibió críticas muy positivas. Sin embargo, los teatros acordaron producirla bajo un contrato que les permitía cancelarla inmediatamente en caso de que hubiera alguna dificultad política. 

Goldschmidt había sido acosado y amenazado por los nazis durante varios años por ser judío, “no confiable políticamente” y partidario de la música nueva. Conocía bien el típico antisemitismo de los pueblos pequeños que recorría. Como la mayoría de los judíos alemanes, no se lo tomó muy seriamente. En 1933, sin embargo, los nazis se aseguraron de que fuera despedido de todos sus trabajos y de que sus obras fueran prohibidas. En la primavera de 1935, decidió emigrar a Inglaterra. A través de una visita a familiares en Suiza, logró pasar dinero de contrabando a Londres, donde inicialmente se mantuvo dando clases particulares de armonía y contrapunto a alumnos particulares. Su hermana menor murió ese mismo verano y su padre dos años más tarde. Logró sacar a su madre del país inmediatamente después de que se desatara la guerra.

Goldschmidt finalmente se casó en Inglaterra. Su prometida, que no era judía, era una cantante recibida a quien había conocido en Berlín. Su viaje a Inglaterra marcó el deterioro gradual de su carrera como compositor. No sólo empezó a dejar de componer música nueva, sino que su obra inédita, anterior a 1935, se perdió. Cuando comenzó la guerra, a Goldschmidt se le complicaba componer cada vez más y luchó por mantenerse y por mantener a su joven familia. Como resultado de su reputación de músico talentoso, antifascista y de habla alemana, la BBC lo invitó a encabezar su programa de música alemana, que transmitía música prohibida en la Alemania nazi. Se quedó en la BBC hasta 1947, cuando se le permitió a Alemania empezar a reconstruir su vida musical y el programa de la BBC fue desmantelado.

En los años 50’, Goldschmidt compuso varios de sus trabajos más importantes, incluyendo los tres conciertos para clarinete, violonchelo y violín. Si bien el hecho de no poder presentar sus trabajos lo desalentaba, a tal punto que luego de 1958 dejó de componer, la muerte por leucemia de su querida esposa lo abatió aún más (falleció de esa enfermedad en marzo de 1979).

A pesar de que no tenía éxito como director de orquesta en Gran Bretaña y de que era tildado de alemán, pese a la muerte de muchos miembros de su familia en manos de los nazis, Goldschmidt tuvo que recurrir a sus habilidades como director de orquesta. A través de sus conexiones en la BBC, fue invitado a participar en la radio como director de orquesta y empezó a ser reconocido como tal. Habiendo aceptado borrar su identidad como compositor, Goldschmidt se sorprendió gratamente por el redescubrimiento y resurgimiento de su trabajo a principios de 1980. Su olvidada ópera Beatrice Cenci finalmente se estrenó en 1988 y Der Gewaltige Hahnrei obtuvo críticas muy favorables en los Estados Unidos, Suiza y Alemania. Goldschmidt murió en Inglaterra en octubre de 1996.

  

Referencias

Kater, M.H., 1997. The Twisted Muse: Musicians and their Music in the Third Reich, Oxford: Oxford University Press.  

Matthews, D., 1983. “Berthold Goldschmidt: A Biographical Sketch” . Tempo, 144(March), 2-6.

Peterson, P. ed., Zündende Lieder - Verbrannte Musik: Folgen des Nazifaschismus für Hamburger Musiker und Musikerinnen, Hamburg: VSA-Verlag.  

Prieberg, F.K., 1982. Musik im NS-Staat, Frankfurt/M.: Fischer.  

Traber, H. & Weingarten, E. eds., 1987. Verdrängte Musik: Berliner Komponisten im Exil, Berlin: Argon.