Eta Tyrmand: El viaje de un compositor a través de la guerra y la música

Entre las extraordinarias historias de supervivencia y resistencia artística durante la Segunda Guerra Mundial, la experiencia de la compositora judía bielorrusa Eta Tyrmand destaca como testimonio tanto de la perseverancia humana como del espíritu creativo. Como una de los casi 30.000 judíos bielorrusos que se unieron a la resistencia partisana soviética, el periplo bélico de Tyrmand influiría más tarde en sus obras musicales y conformaría su legado artístico.

Cuando las fuerzas nazis invadieron el territorio soviético, Tyrmand, que se había trasladado recientemente a Minsk, buscó refugio en Frunze (actual Bishkek, Kirguistán). En 1941, tomó la crucial decisión de unirse a la resistencia partisana. El camino para convertirse en partisano era especialmente difícil para los combatientes judíos, que se enfrentaban a estrictos procedimientos de selección y a menudo se les exigía que aportaran sus propias armas antes de ser aceptados en las unidades de combate.

Para los combatientes judíos como Tyrmand, la supervivencia requería una cuidadosa navegación por complejas dinámicas sociales y políticas. El antisemitismo prevalecía entre algunos grupos partisanos soviéticos, lo que obligaba a muchos combatientes judíos a formar unidades judías separadas o, como en el caso de Tyrmand, ocultar su herencia judía para ser aceptados en formaciones soviéticas predominantemente no judías. Esta decisión era a menudo una cuestión de vida o muerte, ya que las poblaciones locales de diversas etnias -polacos, lituanos, ucranianos y bielorrusos- a veces colaboraban con las fuerzas de ocupación delatando o atacando directamente a los civiles judíos.

Durante su estancia con los partisanos, Tyrmand, como muchos otros combatientes judíos de la resistencia, tuvo que mantener una vigilancia constante mientras llevaba a cabo operaciones contra las fuerzas nazis. La experiencia partisana se convertiría más tarde en una poderosa influencia en sus composiciones, sobre todo en las obras que trataban temas de resistencia, supervivencia y conmemoración.

El contexto de su supervivencia es aún más notable si se tiene en cuenta el devastador balance de la ocupación nazi en Bielorrusia. Las investigaciones del Instituto de Investigación del Genocidio y la Resistencia Nazis documentan la destrucción de más de 5.000 aldeas bielorrusas y la diezma de hasta el 90% de la capacidad agrícola y de infraestructuras del país.

Nacida el 23 de febrero de 1917 en Varsovia (Polonia), Tyrmand demostró desde muy pronto que era una gran promesa de la música. Completó su formación musical inicial en el Conservatorio de Varsovia, graduándose en el departamento coral en 1938 bajo la dirección de S. Kazuro. Al año siguiente, se trasladó a Minsk, una decisión que acabaría por ponerla en el camino de la guerra.

En el mundo de la música clásica soviética, dominado por los hombres, los logros de Tyrmand fueron especialmente notables. Su nombramiento en 1954 como primera mujer compositora en unirse a la Unión de Compositores de la República Socialista Soviética de Bielorrusia supuso un avance significativo para las mujeres en la composición de música clásica. Este logro fue especialmente notable dada la naturaleza conservadora de las instituciones musicales soviéticas y los retos adicionales a los que se enfrentaban las mujeres judías en las esferas profesionales durante este periodo.

A lo largo de su carrera, Tyrmand ayudó a allanar el camino a otras compositoras de Bielorrusia y de la Unión Soviética en general. Su éxito en múltiples géneros musicales -desde conciertos para piano a gran escala hasta obras íntimas de cámara- demostró que las mujeres compositoras podían sobresalir en todas las formas de composición clásica, no sólo en las obras de menor escala a las que a menudo quedaban relegadas.

Combatientes del destacamento partisano bielorruso con armas personales, 1944

Tras la guerra, Tyrmand reanudó su educación musical con notable determinación. Completó sus estudios en el Conservatorio Estatal de Bielorrusia, graduándose en interpretación pianística con el profesor G. Shershevsky en 1949, y en composición con el profesor A.V. Bogatyrev en 1952. Este periodo marcó el comienzo de sus importantes contribuciones a la cultura musical soviética.

Las composiciones de Tyrmand reflejan tanto sus experiencias en tiempos de guerra como su profunda conexión con las tradiciones musicales bielorrusas. Su obra "Elegiac Improvisation" para violín y piano, compuesta años después de la guerra, sirve como conmovedor memorial del Holocausto. La estructura de la pieza, que presenta cadencias prolongadas para ambos instrumentos, muestra influencias del estilo compositivo de Shostakovich, al tiempo que mantiene su propia voz distintiva.

Su catálogo de obras abarca múltiples géneros, con especial énfasis en la música de cámara y coral. Composiciones notables incluyen:

  • Dos conciertos para piano (1952 y 1956)
  • Múltiples suites para piano, entre ellas "Escenas de la vida de los niños" (1953)
  • Numerosos ciclos vocales que interpretan textos de poetas como Maksim Bahdanovič y Federico García Lorca
  • Varias obras para instrumentos folclóricos tradicionales bielorrusos

Durante casi cuatro décadas, Tyrmand ejerció como profesora en el Conservatorio Estatal de Bielorrusia, donde formó a varias generaciones de músicos. Su metodología pedagógica hacía hincapié en la interpretación artística de las obras musicales, esforzándose siempre por impregnar las interpretaciones de auténtica emoción humana. Entre sus alumnos más destacados se encuentran la Artista de Honor de Bielorrusia L. Tolkacheva, la Profesora A. Korzhenevskaya y la Profesora Asociada S. Okolova.

El estilo compositivo de Tyrmand se caracteriza por su intimidad, expresión romántica y sutil lirismo. Su obra fusionó con éxito elementos musicales tradicionales bielorrusos con técnicas clásicas contemporáneas, creando una voz única en la música clásica de la era soviética. Demostró una especial habilidad para escribir para niños, creando numerosas suites para piano y obras corales específicamente para jóvenes intérpretes.

Eta Tyrmand falleció el 29 de abril de 2008, dejando tras de sí un rico legado de obras musicales que unen sus experiencias en tiempos de guerra con su visión artística. Sus composiciones se siguen interpretando y estudiando, y sirven como importantes documentos tanto del desarrollo musical en Bielorrusia como de la resistencia de artistas que sobrevivieron a uno de los periodos más oscuros de la historia. Como pionera de las mujeres en la composición de música clásica, sus logros siguen inspirando a las nuevas generaciones de compositores, independientemente de su sexo.

Fuentes

Eti Tyrmand Obituary, Global Jewish Online Centre, 30.04.2008 (consultado en 2024 nov)

Тырманд, Эта Моисеевна, La Gran Enciclopedia Biográfica, akademika.ru, 2009 (consultado en noviembre de 2024)